sábado, 16 de mayo de 2020


LA PANDEMIA DE LA PATRIA VIEJA

                        Bueno, a pesar de lo expuesto en la entrada anterior… Aquí estoy de nuevo. La vida tiene imponderables y… ¿¡Qué más imponderable que una pandemia!? Con motivo del exceso de tiempo disponible, ordené mi escritorio (en otra entrada profundizaré al respecto), encontrando un par de cajas de la “Crónica Militar de la Patria Vieja”, esto me llevó a revisar el correo de María de los Ángeles, comprobando que habían algunos pedidos de 2018 y 2019 sin contestar. Escribí explicando la situación y pidiendo disculpas… a vuelta de correo recibí una confirmación de que algunos mantenían el interés en adquirir el libro. Luego de enviarles las copias solicitadas y comprobar que debía reajustar su precio por el aumento en el valor del envío, aunque mantuve el precio antiguo a los fieles y pacientes interesados, revisé este blog, sorprendiéndome que el número de visitas se ha mantenido constante a pesar del silencio de casi 2 años… Esto sumado a un par de contactos solicitándome información de uniformología me despertó de mi letargo y me decidió a subir esta entrada.
Judas Tadeo Reyes. retrato de Gil de Castro 1815
                        La viruela llegó a Chile con Francisco de Villagra, a La Serena en 1554. A contar de esta fecha asoló en brotes c/4-5 años a todo el país atacando, con una letalidad de 30%, a colonos y aborígenes. Durante el gobierno de Muñoz de Guzmán, en 1805 llegó la vacuna y se creó una Junta de Vacuna Filantrópica para su distribución.
                        En 1811 un nuevo brote de viruela asoló la capital y se reactivó la Junta Filantrópica bajo la dirección de Manuel de Salas. El aumento de casos alarmó a la Junta de Gobierno (J.M. Carrera, José de la Cerda y José Santiago Portales), solicitando al Cabildo de Santiago que reactivara la vacunación. El Procurador General del Cabildo, Anselmo de la Cruz sugirió la formación de una Junta de Vacuna a cargo de  Judas Tadeo Reyes, delegado del gobierno, apoyado por 24 diputados. El 24 de marzo de 1812 la junta aprobó la iniciativa y Judas Tadeo Reyes asumió sus funciones, entregando el 5 de abril un instructivo de funcionamiento de la Junta de Vacuna, que fue aprobado por el gobierno el 8 del mismo mes. A continuación transcribo el instructivo completo, pues a través de este documento se aprecia cómo se enfrentaba el problema en esta época, además de la rigurosidad y espíritu organizativo de Judas Tadeo Reyes:   

Instrucción para los Diputados de le Junta de vacunación virolenta de la Capital de Santiago, con superior aprobación.

A propuesta del ilustre Cabildo, la Excelentísima Junta Superior Gubernativa del Reino, para facilitar el uso y propagación de la transfusión de la vacuna extintiva de la viruela natural, encarga este importante cuidado a la nueva Junta, que en lugar de la filantrópica, ya disuelta, ha instituido, bajo de su superior protección y Presidencia, compuesta de un Delegado, y veinticuatro diputados.
Éstos, cuando el Delegado les avise turnarán dos en cada mes asistiendo los Martes y Viernes a la operación de la vacuna que se practica en la sala del ilustre Ayuntamiento desde las ocho hasta las diez del día poco más o menos, según la concurrencia de vacunados.
Repartirán los dos su alternativa por semanas, o días según más les acomode, y si alguno en el que le tocare estuviere embarazado, se avendrá oportunamente con el compañero para que le subrogue, aligerándose de este modo la pensión, y evitándose su perjuicio en sus negocios urgentes e incompatibles, que puedan atravesárseles en aquellas ocasiones.
Vigilarán la puntual asistencia del facultativo vacunador, quien tiene asignación de dinero para los gastos menudos, y gratificar a veces a algunos vacunados, principalmente a los que suministran el fluido de brazo a brazo.
Se tratará a todos con suavidad y agrado para que difundan en el público buenas especies de la vacunación, y así se animen los tímidos y se desimpresionen los preocupados, aprovechándose de este beneficio para la conservación de la vida.
Atenderán a que los vacunados vuelvan el día de la siguiente operación, o cuando se les prevenga, obligándolos en caso necesario con auxilio de los señores alcaldes, para que se vacunen de nuevo los que el facultativo reconozca haberles brotado falsa la primera vez.
Se llevará cada día en el libro, o cuaderno que habrá para el efecto, lista de las personas que se vacunan, con expresión de su edad, calle, y casa de su habitación, y al fin del mes la firmará el vacunador, poniendo los diputados su visto bueno, cuya razón se pasará al delegado para que la de a la superioridad, y se satisfaga del progreso, y adelantamiento que cada uno consiga, según el número de individuos vacunados en sus turnos.
Excitarán por medio de recados políticos a los jefes de los cuarteles, y administradores de los hospitales para que envíen a vacunar a sus dependientes que lo necesiten: reclutarán también entre los vivanderos, y concurrentes a la Recova, y plaza a los que indaguen necesitar este remedio, valiéndose hasta de la fuerza, con auxilio de alguaciles, o de las guardias militares próximas, y finalmente se hará la misma diligencia en la cárcel, y Casa de Recogidas.
Supuesto que en esto se interesa la caridad cristiana, el bien de la humanidad, y el crédito de la diputación en común, y que la dedicación de quince días al año de cada uno, es corta, se extenderá el celo de todos indistintamente a excitar de continuo a las gentes que supieren no ser virolentas a que vayan a vacunarse, compeliéndolos también si dieren lugar a ello, principalmente a los grandes que corren más peligro de la viruela natural, y son los más renitentes, a cuyo efecto averiguarán los que hubieren de esta circunstancia en el barrio de su habitación, y en los que más adelante se les repartirá en el mapa de la ciudad, para que se extienda a toda ella esta requisición.
Podrán asistir a la vacunación los que quieran en cualquier día, aunque no estén de turno, para fomentar el espíritu filantrópico, saber las ocurrencias de esta especulación, y cooperar al intento, por modo de una asociación de misericordia.
El que necesite para los fines indicados algún auxilio, o advierta cualquier obstáculo, que no estuviere en su mano allanar, se servirá manifestarlo al Delegado para su reparo, o que si depende de la Superioridad, lo solicite.
Asistirán a las juntas que el Delegado convoque por sí, o por orden superior, para los asuntos que por si dificultad parezca conveniente oír los conocimientos de todos, o proceder con su acuerdo en lo relativo al proyecto en general.
Debiendo el Delegado cuidar de que el vacunador del campo ejercite continuamente la operación, le ayudarán los diputados de quienes se valga, para que poniéndose antes de acuerdo con los señores párrocos rurales de este partido de Santiago, y el juez realengo respectivo, se fije un día de fiesta en que concurran, y hagan publicar después de misa parroquial en la puerta de la Iglesia, el lugar cercano a ella, y el tiempo en que el vacunador ha de operar allí, y promuevan todos uniformemente los medios más ejecutivos para que se estimulen a vacunarse cuantos lo necesiten, y se obligue a los morosos.
Santiago, 5 de Abril de 1812.
Judas Tadeo de Reyes

                        Reyes era realista, pero actuó con la misma diligencia con la que se había desempeñado durante 32 años como Secretario de la Presidencia y Capitanía General de Chile. En el primer trimestre de 1812, bajo la dirección de Manuel de Salas, se habían vacunado un promedio de 171 personas al mes. Con la nueva organización, se alcanzó un promedio mensual de 413 inoculaciones hasta el 30 de junio. Durante estos 3 meses, se publicaban estadísticas mensuales del progreso de la vacunación en la “Aurora de Chile” y se insistía en la necesidad de convencer a los reticentes a vacunarse, incluso con el empleo de la fuerza. El último informe firmado por Judas Tadeo Reyes el 6.7.1812, se publica en el número 24 de la “Aurora de Chile” el 23.7.1812 y lo transcribo completo:
En el próximo pasado mes de Junio, se ha inoculado en los cuarteles militares y en el vacunatorio público con feliz suceso a 590 personas de ambos sexos; las 158 desde uno a cinco años de edad; 187 desde la de cinco a diez; 151 desde diez a veinte; 76 de veinte a treinta; 14 de treinta a cuarenta, y 4 desde cuarenta hasta la vejez. Se observa que va en aumento duplo la progresión del número de vacunados adultos, y mayores de edad, respecto de los meses anteriores, y esto persuade que se van desimpresionando las preocupaciones que el vulgo había concebido de la ineficacia de este saludable preservativo”.

                        En los 6 meses siguientes, el promedio mensual de vacunación bajó a 163. Aunque no encontré en los libros de historia la causa del retiro de Reyes, es fácil deducirlo: La Junta de Gobierno decretó el 16.7.1812 el uso civil de la escarapela tricolor y el 30 de julio su obligatoriedad en los funcionarios públicos. Judas Tadeo Reyes, siendo ferviente realista, prefirió renunciar a su labor pública antes que renegar de sus principios.
                        En octubre de 1812 la “Aurora de Chile” vuelve a publicar artículos referentes a la vacunación, pero exponiendo las estadísticas de los ingresos y altas hospitalarias. Esta estadística podría interesar más a los wargamers, pues especifica las bajas en las distintas unidades militares de la capital. Entre el 1° de octubre de 1812 y el 31 de enero de 1813 se hospitalizaron 350 granaderos, 113 nacionales, 71 artilleros y 9 asambleas; registrándose 19 muertes; esta bajísima letalidad, de un 3,5% contrasta con el 22,8% de la mortalidad de los 391 civiles hospitalizados en el período.
                        Los informes de este período están firmados por Manuel Joaquín Valdivieso, y en el correspondiente al mes de diciembre se incluye la siguiente nota:

Nota: Continúan los horrorosos estragos de la viruela anunciados en el extracto del mes de Octubre. Nunca, ni cuando carecíamos del gran beneficio de la vacuna, se había visto peste de más malignidad según los físicos de la casa; así ha sido la de 32 virolentos que ha asistido el hospital este mes, y componen la mayor parte en el número de los muertos; esto quiere decir que hallándose, como se halla hoy, expedito el vacunatorio de la capital, y a cargo de unos funcionarios celosos y contraidos, solo causa este mal la dura pertinacia de los desgraciados pacientes, que han podido hasta ahora desasirse de esa miserable preocupación que les quita conocer las ventajas de la vacuna, para arrastrarlos incesablemente al sepulcro. Su humanidad dejará de verse afligida en esta parte cuando se acuerde por la autoridad respectiva una procedencia fuerte de ejecución a que se presten a su propio bien. Fecha ut supra.
Manuel Joaquín Valdivieso.

                        Como se puede ver, en Chile más de 200 años de historia no nos han enseñado a enfrentar las pandemias. Se mantiene la resistencia de la población a cumplir con las medidas adoptadas por la autoridad y las pasiones políticas brotan a la primera oportunidad afectando el manejo y evolución de la epidemia…
                        Para quienes quieran profundizar en el tema de la viruela y vacunación en Chile, les puedo sugerir el libro (No lo he leído, pero los comentarios son buenos):

“Viruela y vacuna” (Ed. Universitaria, 2016) de Paula Caffarena Barcenilla.

                        En el sitio: http://www.historia.uchile.cl/CDA/fh_index/index.html, se pueden encontrar todos los artículos publicados en la “Aurora de Chile” referente a la viruela y vacunación. Estos números son: Tomo I: 11, 14, 18, 24, 39, 46. Tomo II: 1, 3, 6. Después de este número no hay más artículos refiriéndose al tema y luego, la guerra ocupa las publicaciones del “Monitor Araucano”.

6 comentarios:

  1. Buenas señor Marco, he tenido dudas sobre el uniforme de los Húsares de la Guardia en la patria vieja, acaso llevaban los uniformes de enero de 1812? o un uniforme blanco que yo he leído por ahí? cualquier cosa se agradece

    Espero que se cuide mucho, y que bueno volver a este blog :)

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    1. Buenas Unknown: Gracias por su comentario e interés. Durante la preparación de la "Crónica..." no encontré más evidencias de decretos de uniformología que las resumidas en sus páginas y esquematizadas en sus láminas. Tampoco encontré testimonios contemporáneos que describieran un uniforme blanco en ninguna de las unidades durante la Patria Vieja (excepto el Bo. Chillán en octubre de 1814). Sin embargo, es posible que algún húsar o grupo de húsares, en algún momento durante los meses cálidos se haya(n) despojado de sus chaquetas y pantalones de paño (tejido de lana), usando solo su camisa de brin o tocuyo y pantalones del mismo material o lona (se fabricaron varios con tela de carpas después del sitio de Chillán).

      Un codazo (ya que no se pueden dar abrazos)

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    2. Muchas Gracias, en otro asunto, siempre he sido escéptico a la idea que los Pardos o Infantes de la patria hubieran llevado los uniformes encarnados o al menos las clases y oficiales por las razones que he mencionado en un post de facebook (es largo):

      "El comandante de Pardos en Abril de 1813 envió una carta pidiendo 1500 pesos para REPONER el vestuario. Esto me dice que los pardos tenían un uniforme que debía ser repuesto, esto agrega el hecho que era una de las principales milicias de la capital, y que en sus filas habían artesanos o trabajadores en la ciudad, quienes según el reglamento de milicia de 1778, "El militar debía pagar por él,(uniforme) por lo cual se le retenía un porcentaje de su sueldo y quedaba bajo la responsabilidad de los oficiales
      superiores la presentación personal del soldado y del cuidado de su uniforme" y considerando que el cuerpo de pardos ha estado sobre las armas y recibido paga desde mediados de 1811 por las tensiones militares con Martinez de Rosas, significa que el soldado podía pagar al menos una casaca con un sombrero para la escarapela, que no tuvo que haber costado más que 6 pesos."

      Y durante mucho tiempo he buscado cuerpos pardos en América española y no he encontrado ninguna milicia después de 1792 que tuviera un uniforme diferente al de la orden real. en paginas como ejercitosdelrey, o menciones en los estados militares españoles. pero eso es lo que creo yop.

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    3. Estimado Unknown (podría firmar con su nombre de pila o pseudónimo para romper el hielo) Estoy absolutamente de acuerdo con Ud. Seguramente se refiere a mi entrada en este blog de octubre de 2017. Tal vez debí especificar que me daría una pequeña licencia histórica para darle mayor colorido a la mesa de wargame. En una próxima entrada, profundizaré un poco el tema.

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  2. que raro no puedo poner mi nombre, pero me llamo Pablo Jerez, mucho gusto

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