jueves, 23 de mayo de 2013

RECREANDO LA BATALLA DE SAN CARLOS

                        Todas las dificultades que se pueden encontrar al estudiar la Patria Vieja están especialmente presentes al tratar de hacerse una idea cabal de lo acontecido en los enfrentamientos militares. Por el lado independentista, La agria disputa entre Carrera y Mackenna nublan los recuerdos personales de ambos generales, salpicando sus relatos con elementos muy alejados de la verdad y argumentos inventados para realzar sus figuras y enlodar a sus oponentes. Sin embargo al cotejar el “Diario Militar” de Carrera y el “Informe del brigadier don Juan Mackenna sobre la conducta militar de los Carreras” con las memorias de Quintanilla y los antecedentes recogidos entre los soldados realistas por el padre Melchor Martínez se puede formar un cuadro que parece bastante lógico de la evolución del combate.
                        Del punto de vista de un Wargame, es difícil imaginarse que se pueda hacer un juego divertido enfrentando dos ejércitos tan desiguales: Los independentistas tenían una ventaja numérica de 5,4 a 1, pero los realistas superaban en cañones a sus enemigos en relación de 2 a 1, que luego de pocos minutos de fuego se amplió a casi 3 a 1. Ahora bien: ¿Cómo se puede hacer un escenario balanceado en que el bando en inferioridad numérica tenga posibilidad de triunfar, como fue el desenlace histórico del combate? Para responder a esta pregunta se ha optado por hacer las siguientes consideraciones:
-              Terreno: Si bien la elevación en la que se formó el cuadro realista no era muy importante, el suelo reblandecido por las continuas lluvias y el paso de los 30 cañones realistas y los 600 fusileros justifican el dar al terreno la característica de colina difícil o terreno dificultoso, de acuerdo al reglamento que se utilice, dando un bono adicional a la defensa.
-                Realistas: La orden del brigadier Pareja de “Defenderse hasta morir”, apoyada por su presencia en primera fila (postrado en una camilla) alentando a la defensa; la prédica de “Guerra Santa” del cura Antonio Banciella y el convencimiento de que serían fusilados si se rendían. Confiere a los realistas un grado máximo de moral. Incluso cuando se estaban agotando las municiones, los oficiales realistas habían decidido abandonar los cañones y abrirse paso a la bayoneta. Por lo tanto, estos soldados, que en combate campal debieran tener un rango de milicias, deben considerarse, para los efectos de moral, como élites
-               Independentistas: La artillería de la primera y segunda divisiones se desmontó rápidamente, quedando fuera de combate, por lo tanto se retiran al final del segundo turno. El brigadier José Miguel Carrera “dirigió” el combate a más de 2 kms. de distancia, el brigadier Juan José Carrera se refugió en un bosque cercano con varios de sus oficiales y el coronel Luis Carrera solo conservó el mando de su reducida infantería. El coronel Mackenna llegó a las 2 horas de combate y se mantuvo junto a la artillería. Por lo tanto el comando y control del ejército independentista fue prácticamente… inexistente y no se representa en la batalla. Cada unidad actúa en forma independiente. De acuerdo al reglamento se determinará como reflejar esta situación. En el caso de mi reglamento, solo se puede activar una unidad por turno. Todas las unidades independentistas se deben considerar como milicias ( en la práctica lo eran, a pesar de tener algunas el status de línea)
                        A continuación se presentan el orden de batalla y un esquema de las posiciones de los ejércitos a las 12:00 horas. El número al lado de las unidades corresponde a las bases que las forman (cada base representa 40 soldados o 4 cañones con sus artilleros). Los cuadros del terreno tienen 50 metros reales por lado.

REALISTAS:
-          Infantería                    : 15 (5xChiloé; 5xCastro; 5xValdivia)
-          Artillería                     :   7 (4xligera; 3xmedia)

INDEPENDENTISTAS:
-          1ª Div. Infantería       :   3 (2xNacionales; 1xGranaderos)
-          1ª Div. Caballería      :   6 (5xNacionales; 1xDragones)
-          1ª Div. Artillería         :   1 (ligera)
-          2ª Div. Infantería        : 12 (Granaderos)
-          2ª Div. Caballería       : 15 (Primera brigada milicias)
-          2ª Div. Artillería         :   1 (ligera)
-          3ª Div. Infantería        :   6 (Infantes de la Patria)
-          3ª Div. Infantería        :   5 (Voluntarios de la Patria)
-          3ª Div. Caballería       : 15 (Segunda brigada milicias)
-          3ª Div. Caballería       : 15 (Tercera brigada milicias)
-          3ª Div. Artillería          :   2 (1xligera; 1xmedia)
                       



Leyenda:
1: Caballería, infantería y artillería de la primera división
2: Caballería, infantería y artillería de la segunda división
3: Infantes de la patria
4: Artillería y segunda brigada de milicias de caballería de la tercera división, ingresan a las
    14:00 horas.
5: Voluntarios de la Patria y tercera brigada de milicias de caballería de la tercera división.
    Ingresan a las 16:00 horas. El combate termina a las 18:00 horas.

jueves, 16 de mayo de 2013

BICENTENARIO DE LA BATALLA DE SAN CARLOS

                             El 15 de mayo recién pasado se conmemoró el bicentenario de la batalla de San Carlos en la localidad de San Miguel de Ablemo, lugar donde se desarrolló la batalla, ubicado a poco más de 4 kilómetros de la plaza de la ciudad de San Carlos.
                             Después de la conmemoración de Yerbas Buenas,  nos pusimos de acuerdo con mi amigo Fernando Valle y nos programamos para asistir, a pesar de ser día laboral. Como teníamos tiempo, organizamos nuestras actividades, lo pasé a buscar a Linares y a las 10:30 estábamos allí. 

Ubicación del lugar de la batalla de San Carlos (coordenadas de Google earth). Las líneas representan el relieve sobre el nivel del mar. El primer relieve rojo, al centro es de 171 mts. El segundo 170, los siguientes 169, 168  y 167. A simple vista, o desde la carretera no se puede apreciar esta elevación del terreno en el  que tomó posiciones el cuadro realista.
                             Fernando se había contactado con la Ilustre Municipalidad de San Carlos y sabíamos que se realizaría una ceremonia a las 11:00, pero no nos imaginábamos la magnitud del espectáculo del que seríamos privilegiados testigos y motivo de inmerecidos honores. Además de mencionarnos durante la ceremonia (a mi como "historiador" y Fernando como recreacionista. Destaco las comillas, puesto que me encuentro muy lejos del título de historiador), a Fernando se le posicionó al lado del destacamento militar, donde pudo rendir honores (a pesar de representar a un soldado realista) a los pabellones de la República de Chile, de la Municipalidad de San Carlos y de la Patria Vieja.
                             La ceremonia se inició con la interpretación del Himno Nacional por la banda instrumental del regimiento de infantería Nº 9 "Chillán" y fue coreado por TODOS los asistentes. La reseña histórica estuvo a cargo de don Hector Acuña, presidente de la Asociación Cultural de Carruajes Bicentenario de San Carlos (han reunido y retaurado más de una veintena de carruajes). Luego de depositar una ofrenda floral al pie del monolito que marca el sitio histórico, se entregó a la Junta Vecinal de San Miguel de Ablemo un contrato en que se les prorroga por 30 años el comodato de la propiedad donde se desarrolló la batalla. Las imágenes describirán mejor el resto de la ceremonia:


Uno de los hermosos carruajes de la Asociación Bicentenario

La unidad de presentación del RI Nº 9 "Chillán" se despliega en posición para rendir honores 



Abanderados con uniforme y estandarte uilizado por el batallón "Chillán" durante la Guerra del 79.
Los orgullosos portaestandartes y las encantadoras escoltas de la Escuela General Sofanor Parra.

La banda instrumental 
Las autoridades cantando el Himno Nacional. Al centro el Sr. Alcalde don Hugo Gebrie


De izquierda a derecha: Los soldados de hoy, los soldados de ayer y el futuro de Chile: Agrupación de scout, el coro de la escuela G. Sofanor Parra y parte del grupo folklórico

El tradicional pie de cueca.
El coro, reforzado por el grupo folclórico, interpreta el Himno de la ciudad de San Carlos

El soldado realista dispara al aire junto al monolito con la ofrenda floral. Por las sombras se puede apreciar que causó sensación y que los presentes rivalizaban para sacarle fotos y posar junto a él.

                                      La mayoría de las fotos las tuve que bajar del Facebook de la I. Municipalidad de San Carlos, porque yo me quedé sin batería... Indudablemente mi fuerte no es la fotografía. No están incluidas la interpretación del "Romance de los Carrera" por la directora del coro y la actuación del grupo folklórico, que aparecen en las fotos incluidas.
                             Después de la ceremonia, fuimos agazajados con una deliciosa merienda preparada por los alumnos del Liceo Politécnico de San Carlos. Hasta el momento, María de los Ángeles (mi esposa para quienes no han leido entradas anteriores), Fernando y yo nos sentíamos satisfechos espiritual y físicamente, pero aún debíamos recibir nuevas y mayores satisfacciones: El señor alcalde, don Hugo Gebrie Asfura y sus colaboradores y concejales (desgraciadamente no pude retener los nombres) se mostraron sumamente interesados con la actividad de difusión de la Patria Vieja que estamos realizando y nos ofrecieron todo su apoyo. Más aún, junto a los dirigentes de la Junta Vecinal, se manifestaron dispuestos a destinar parte de la sede social (la construcción que se aprecia de fondo en las fotos) para empezar a montar un Museo de la Patria Vieja. Con María de los Ángeles y Fernando nos vinimos planificando y soñando con todo lo que podemos hacer. No nos paró la lengua comentando el compromiso de toda la comunidad sancarlina expresado en la ceremonia. Don Hugo es un verdadero lider de su comunidad y los habitantes de San Carlos en general y San Miguel de Ablemo en particular se ven orgullosos de su historia y ansiosos por manifestarlo, mediante obras concretas, al mundo. En resumen, fue un día pleno. Tanto así, que no sentimos la hora que estuvimos detenidos en la carretera por un gigantesco atasco vehicular producido por un accidente en un puente... ¡teníamos tanto de que hablar, planificar y elogiar! En ese momento empezó a tomar forma el Museo de la Patria Vieja. Aprovecho este blog para invitar a todos los que puedan aportar con ideas, maquetas, uniformes o su tiempo a concretar esta idea... tenemos un año de plazo. Mientras tanto, San Carlos y su gente han quedado grabados en nuestros corazones y se muestra orgulloso en una piocha con el escudo de la ciudad que me regaló don Hugo. Mi biblioteca y mesa de trabajo también están decoradas con un banderín que recuerda una experiencia enriquecedora... 

jueves, 9 de mayo de 2013


LA INFANTERÍA LIGERA DE CARLOS IV

                        En situaciones de guerra, durante los siglos XVII y XVIII, en las regiones pirenaicas españolas (Navarra, Aragón y Cataluña) era común la formación de cuerpos francos, constituidos por voluntarios que se alistaban para combatir con atuendo civil y armas propias, principalmente escopetas. Carlos III en 1762 les confirió un estatus de cuerpos del ejército permanente, con el título de infantería ligera. En febrero de 1763 estos cuerpos fueron reorganizados en dos regimientos de “Voluntarios de Cataluña” con dos batallones cada uno y un batallón de “Voluntarios de Aragón”. Carlos IV, mediante reglamento del 3 de junio de 1792, reestructuró el arma de infantería ligera, formando cinco batallones independientes de 800 hombres distribuidos en 4 compañías cada uno: Primero y segundo de voluntarios de Cataluña; voluntarios de Gerona; voluntarios de Tarragona y voluntarios de Aragón. Con la declaración de guerra a Francia en 1793, las compañías de estos batallones aumentaron su dotación a 300 hombres cada una y se formaron 4 batallones más de voluntarios: Primero y segundo de voluntarios de Barcelona; voluntarios de Barbastro y segundo de voluntarios de Aragón. Finalmente, y ante la necesidad de cubrir las bajas producidas en la campaña de Los Pirineos, se levantaron 3 batallones más: El batallón de Voluntarios de Valencia y el regimiento de cazadores de la Corona, compuesto por dos batallones de 5 compañías cada uno y una compañía de gastadores.
                        Aparentemente, la uniformidad de los batallones de infantería ligera se limitaba a mantener las prendas del vestuario civil de aragoneses, navarros y catalanes. El gambeto era la prenda oficial, así como los calzones, medias blancas y alpargatas con cintas de colores anudadas al tobillo. Con motivo de la guerra de 1793, la confección de uniformes pardos también incluyó a los cuerpos ligeros:

El tercer soldado de izquierda a derecha pertenece al batallón voluntarios de Gerona, vistiendo el uniforme utilizado durante la campaña de 1793 a 1794. El primero a la izquierda es un soldado de los voluntarios de Barbastro, también de infantería ligera, pero con el uniforme usado en 1801, al igual que los granaderos de infantería de línea con uniforme blanco y divisa regimental (Jaén y Extremadura)
                         Luego de la paz de Basilea, en 1797 se confirmó la permanencia de los 12 batallones ligeros en el ejército español (el regimiento de la Corona pasó a ser de línea, pero se formaron los batallones de voluntarios de Navarra y de Campo Mayor), uniformándoselos de verde y, 2 años después, de azul. Siempre con calzones blancos y polainas de cuero color avellana.
 
Infantería ligera con casaca verde y gambeto azul, junto a un granadero y fusilero de infantería de línea según el reglamento de 1797.

Infantería ligera con casaca azul y gambeto verde, junto a granaderos de infanteria en uniforme de 1800

                        Con la R.O. de 1802, los batallones ligeros recibieron un uniforme mucho más vistoso: Casco con pluma tipo “Tarleton” y dolman verde esmeralda con guarniciones amarillas (doradas para los oficiales), pero en 1805 volvieron al azul con divisas de acuerdo al batallón y gambeto marrón con collarín y vueltas también del color de la divisa.

Uniformes de 1802. El primero a izquierda es de infantería ligera

Uniformes de 1805. El primero a izquierda es de infantería ligera
                        Todas las imágenes son de Clonard. En una próxima entrada se expondrá las implicancias de estos uniformes en la reconstrucción de la uniformología de las campañas de la Patria Vieja.

jueves, 2 de mayo de 2013


BICENTENARIO DE YERBAS BUENAS

                        Como lo había previsto, a las 18:00 horas del sábado 27 de abril de 2013 llegué a Yerbas Buenas para asistir a la recreación de la batalla. Realmente el pueblo entero se había comprometido con el bicentenario y desde la entrada se podían ver banderas con los colores actuales y los de la Patria Vieja saludando el viento otoñal. En la plaza había puestos con muestras de gastronomía y artesanía local… no se había olvidado a la juventud y también frente a estos quioscos autóctonos, otros locales ofrecían papas fritas y otros productos más “Globalizados”. La mezcla de olores (papas fritas, kétchup, empanadas y sopaipillas) hacían olvidar que ya en el estómago una frugal once había completado las calorías necesarias para mantener el peso… Una buena bienvenida y de vuelta, además de los buenos recuerdos, trajimos licores y chocolates artesanales, macetas con flores y algunas calorías y gramos de colesterol de más. Frente al Museo o “Casa de Pareja” hay un amplio espacio llamado “La Recova” que es donde se concentraban los recreacionistas y el colorido de sus uniformes se mezclaba con los espectadores. Antes de la recreación se preparó un rancho de charquicán (para los extranjeros explico que es un guiso de carne picada mezclada con un puré papas y zapallo o calabaza) que se ofreció a los espectadores que tuvieran platos. Por desgracia no era mi caso, pero las expresiones de quienes lo probaban eran de satisfecha aprobación.
                        A las 19:00 horas un conjunto folklórico, vestido a la usanza interpretó canciones y bailes de la colonia y luego hizo su ingreso el ejército realista con el brigadier Pareja montado a la cabeza de la columna. Luego de algunas arengas, los oficiales mandaron a dormir a la tropa y solo un centinela quedó de pie al norte de La Recova, iluminada por antorchas y unos reflectores ad-hoc.  Luego de algunos segundos de silencio, el centinela dio el “¡Quien vive!” y un oficial de granaderos (representando al subteniente Rencoret) lo abatió de un sablazo gritando “¡La patria y muera el Rey!” Detrás de él cargaron los granaderos dando cuenta de algunos realistas, mientras los otros se agrupaban para defenderse. En ambos bandos, los gritos y forcejeos se mezclaban con el estampido de los fusiles que provocaban gritos de sorpresa en la multitud. Al parecer los estampidos eran fogueos de rifles máuser manejados por soldados de al Escuela de Artillería de Linares, que se coordinaban perfectamente con la pantomima de los recreacionistas entre los que maniobraban (se distinguían por el corte de pelo y porque estaban muertos de la risa, a diferencia de los recreacionistas que, muy posesionados de su papel, gritaban serios y desafiantes). También estuvieron representados los húsares nacionales, con un solitario jinete que mantuvo bien controlado su caballo a pesar de los estampidos y cruzó su sable con el brigadier Pareja.
                        Cuando los granaderos de Chile comprobaron que estaban en inferioridad numérica se retiraron, dejando a los realistas dueños del campo. Estos, luego de recoger a sus heridos (uno causó la hilaridad del público, pues era arrastrado por los brazos y para no dañar el pantalón de su uniforme, empezó a caminar marcha atrás) se formaron e iniciaron su marcha, supuestamente hacia el río Maule.
                        Muy entretenido espectáculo, aplaudido con entusiasmo por autoridades comunales, regionales, diputados y militares, además de, según un rápido cálculo, aproximadamente unos 600 espectadores.
                        No tengo los datos exactos de los recreacionistas, pero habían grupos de Santiago, Concepción y Linares (perdonen si olvido a alguien) y con sus uniformes heterogéneos y llamativos equipos y armas lograron un muy buen efecto. A continuación algunas fotos que ponen en evidencia, nuevamente, mi pésima calidad como fotógrafo.

El campamento realista, con los fusiles en pabellones y el infaltable perro de los espectáculos chilenos.



Preparando el rancho


Los granaderos y granaderas de Chile

Los milicianos se forman, mientras los cantores y bailarines se retiran para dar paso al combate

Voluntarios de Castro y cantineras que también tomaron las armas.

El Brigadier Pareja




Combate nocturno

Después del combate una arenga para recuperar la moral
La banda de guerra que no dejó de alentar a los combatientes.