sábado, 21 de mayo de 2016

LAS BANDERAS CHILOTAS:
                        Los estandartes siempre se desplegaron en los campos de batalla para marcar la posición de comandantes o determinadas agrupaciones militares. Por lo general, indicaban a los soldados donde estaba el centro de la línea de batalla y hacia donde tenían que dirigirse en caso de desorden, avance o retirada. En consecuencia, la captura del estandarte por el enemigo significaba que la unidad había dejado de existir como fuerza combatiente y constituía un importante trofeo, prueba del valor y eficacia combativa de quienes lo arrebataban al enemigo. Con la desaparición de la pica a comienzos del siglo XVIII y la flexibilización de las formaciones, constituyendo batallones más pequeños y manejables, las enseñas regimentales pudieron reducir su tamaño y emplear diseños menos vistosos, pero más significativos.
                        Fernando VI firmó en 1768 un decreto en el que se regulaban las dimensiones, características y número de estandartes del ejército español. Las banderas debían ser cuadradas de 1,4 mts de lado (2 cms. en escala 1:72…por si acaso), de color blanco. Una bandera por batallón. Los regimientos de infantería asignaban la bandera principal, o coronela al primer batallón; el segundo batallón (y tercero si lo había) portaba la bandera sencilla, ordenanza o batallona. La coronela tenía el escudo real al centro y, escudetes (escudo de la ciudad de origen del regimiento) en los 4 cantones. La sencilla era similar, pero en vez del escudo real, al centro desplegaba la cruz de borgoña. Esta norma general, en la práctica estaba supeditada a la interpretación de los coroneles de cada regimiento, por lo que los diseños eran variados… Y aquí empieza nuestra historia.
                        Esta bandera aparece en el libro “Banderas de España”, de José Calvo y Luis Grávalos (Ed. Silex 1983) y ha sido erróneamente catalogada como la bandera del batallón Voluntarios de Castro. Al parecer se encuentra en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, aunque no he podido determinar en que batalla fue capturada por las fuerzas independentistas.
                        Se atribuye a los Voluntarios de Castro debido a los escudetes que justamente son los correspondientes a dicha ciudad (el escudo actual ha reemplazado los leones en gules –rojo- de castilla por archipiélagos en sinople –verde-), sin embargo llama la atención que el escudo real sea el correspondiente a la casa de Borbón durante los reinados de Felipe V a Fernando VI, es decir desde 1700 a 1759; además, este escudo esta sobrepuesto sobre la cruz de borgoña, a la usanza de los regimientos de un solo batallón, como los de infantería ligera. Por lo tanto, este estandarte corresponde a la bandera del BATALLÓN DE INFANTERÍA LIGERA CHILOE o Veterano de San Carlos, capturada en la batalla de Chacabuco.
                        Los elementos que permiten hacer esta afirmación son los siguientes: Las compañías de infantería veterana de Chiloe existían desde mediados del siglo XVII y se reconoció su estatus en 1753, aunque no pudieron constituirse en batallón, por precariedades económicas hasta 1801, Siempre se consideró como batallón de infantería ligera. En tanto las milicias de Chiloé estuvieron organizadas en compañías (hasta 38) y solo se constituyeron como regimiento de 3 batallones en 1791, bajo el reinado de Carlos IV, cuyo escudo era el instaurado por Carlos III. Las diferencias están a la vista en la siguiente figura.
                        Por lo tanto, la bandera corresponde a una unidad de un solo batallón, organizado como infantería ligera y formado antes de 1759 en la ciudad de Castro de Chiloé, que era la UNICA ciudad del archipiélago (todas las otras eran solo villas según la nomenclatura urbanística de la época y, en consecuencia, sin derecho a tener escudo de armas). De ahí que, a pesar de tener su asiento en San Carlos de Ancud, el batallón desplegaba los escudetes de Castro, que han motivado la confusión.
                        Entonces, si esa bandera es del veterano de Chiloé, ¿tenía algún estandarte el regimiento de Milicias de Castro?. Creo que la respuesta es SÍ, pero ahora si que las especulaciones son las únicas que guían mi juicio. Ojalá que algún historiador lea esto y se estimule a investigar el tema, que no me atreví a profundizar en la “Crónica Militar de la Patria Vieja”:
                        Luego de años convencido de que la bandera considerada de los Voluntarios de Castro no era tal, un día me encontré con la siguiente bandera:
                       Que también está guardada en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires y que en el libro de Calvo y Grávalos es atribuida a los Dragones de la Frontera de Chile. Obviamente se trata de una bandera sencilla de infantería, buscando la imagen original, resulta que se trata de una bandera capturada en la batalla de Cerro Pasco en 1820, perteneciente al batallón Victoria. Pues bien, este batallón era el segundo batallón del Talavera y fue formado en base a las compañías de preferencia del primer batallón que regresaron de Chile después de Rancagua junto a una compañía de Cazadores de Chile y… los Voluntarios de Castro… Aquí ya tenía todas las alarmas activadas y no pasó mucho tiempo hasta que en el Foro del Gran Capitán encontré esta bandera, que tiene los mismos escudetes que la supuesta bandera de Dragones de la Frontera.


                        Aunque no se describía el origen, estaba junto a otras banderas realistas capturadas en Perú, probablemente en la batalla de Ayacucho, donde combatió un último batallón de Castro.

Esta es la foto del original de la bandera sencilla captura en Cerro Pasco. Nótese que los escudetes están invertidos con respecto a la coronela, lo que hace suponer que se muestra el reverso de la bandera.
                        Por lo tanto tenemos las dos banderas de un regimiento de infantería realista, una coronela y una sencilla. Para determinar a que regimiento pertenecen estas banderas comencé a estudiar los escudetes, de los que, afortunadamente, en el mismo foro aparece un close up:
                        En sus cantones superiores aparecen de izquierda a derecha: El león con cetro, símbolo del Rey; La Asunción de la Virgen, representando a la religión católica y las manos enlazadas que simbolizan la unión del viejo continente con América. Bajo estos, la leyenda: “Por el Rey, la fé y la patria” los valores fundamentales de las tropas americanas realistas, especialmente sustentados por los chilotes. Por último, y lo más significativo: En el cantón inferior una línea de árboles tras de una línea de torreones. Me parece que claramente se simboliza la isla fortificada de Chiloé. Cada torreón es uno de los fuertes o baterías que protegen a la isla, cuya principal fuente de riqueza económica en esa época era la madera de alerce. ¿Es el mío un razonamiento correcto o estoy alucinando?. He tratado de exponer solo hechos que se pueden correlacionar, pero el hilo conductor puede que esté sesgado por mi deseo inconsciente de encontrar las banderas de los bravos defensores del Rey que dejaron sus huesos esparcidos en tierras lejanas a su suelo natal.

 Espero que mentes más jóvenes y ágiles de amigos peruanos y argentinos interpreten, ojalá con las piezas originales a la vista, el origen de estas banderas… Si sus conclusiones apoyan las mías o las descartan definitivamente, les ruego que me lo comuniquen.

miércoles, 18 de mayo de 2016

LA INCURSIÓN DEL TENIENTE MOLINA

                                Para descansar un poco la vista de la pintura de miniaturas, últimamente he estado confeccionando algunas piezas de terreno modulares para darle un poco más de brillo a mis wargames. Siempre he sido muy esquemático con lo que respecta al terreno de mis escenarios, pero a medida que he ido escribiendo entradas para este Blog, me he empezado a preocupar un poco más de la estética (por respeto a Uds. fieles lectores). Y, justamente para evaluar la visual de las piezas confeccionadas armé el siguiente escenario:
                                  Después de la negativa de los chilotes para cruzar el río Maule, el ejército de Pareja comenzo un lento peregrinar por la ribera sur de este río, para salir del terreno montuoso y volver a Linares. Una de las guerrillas independentistas que observaba sus movimientos estaba comandada por el teniente Francisco Molina, de origen catalán y que al mando de un destacamento de 30 húsares nacionales tuvo una activa participación durante la campaña de 1813 (como capitán comandó la defensa de la trinchera oeste en la batalla de Rancagua, pero esa es otra historia... y otro wargame y futura entrada de este blog). El 1° de mayo de 1813, molina se decidió a cruzar el Maule para evaluar de cerca la marcha realista, protegido por los bosques que cubrían las riberas del río. Viendo que practicamente toda la caballería miliciana había desertado y que la retaguardia de Pareja estaba rezagada, decidió dar un golpe de mano para capturar algún ganado y pertrechos al enemigo. La incursión fue todo un éxito y regresó a su campo con vacunos y caballares, aumentando la desmoralización y confusión de los realistas.

Escenario (ESMOSACA): Es un pequeño escenario de 12 x 6 cuadros; al norte una línea de bosques ligeros y densos, al medio el camino que termina en un estero con un vado (este debería estar al oeste, pero, por razones de espacio lo puse al este) representado por una pasarela de troncos.

Orden de Batalla: Independentistas     : 4 bases de húsares
                             Realistas                  : 12 bases del batallón Concepción
                             Ganado                    : 3 bases de vacunos
                                                                1 base de arrieros
                                                                2 bases de mulas (una con arriero)

Reglas especiales: Se activan suscesivamente independentistas, realistas y ganado. Este mueve independientemente guiado por los arrieros que "empujan" una base en su cuadro y 2 bases en un cuadro por delante. No pueden variar su dirección a menos que sean capturados (cargados por los húsares, se rinden sin combatir -los arrieros son civiles-, quedando en desorden; al siguiente turno se alínean en dirección al punto de entrada de la fuerza atacante y al siguiente avanzan en esa dirección a velocidad de infantería). Si no son cargados siguen a la infantería realista, la que puede recuperar el ganado capturado si lo carga antes de salir por el costado norte del campo.

Así se desarrolló la acción:
Despliegue inicial: La columna realista compuesta por el batallón Concepción (240 hombres), seguida por una recua de mulas con su arriero y el ganado vacuno. En el extremo superior izquierdo se ven los húsares entre los árboles de bosque ligero (2 bases por cuadro).

La amenaza que surge a través del bosque

Una borrosa vista desde el otro extremo del estero

Los húsares cargando a través del bosque


Los penquistas avanzan desprevenidos
Los húsares capturan en su primera movida al ganado vacuno. Los soldados realistas tratan de enfrentar la amenaza, pero no pueden formar una línea contínua.

Vista aérea de la captura del ganado realista que queda en desorden (bases dispuestas en sentidos contrarios)

El movimiento automático del ganado: La recua de mulas sigue por el camino, mientras el ganado capturado se ordena en dirección al bosque.

Vista aérea del ganado ya reorientado.


 Molina manda a sus húsares en un ataque frontal contra la mal organizada línea realista. Desgraciadamente para los penquistas, tienen un mal dado de reacción, quedando desordenados frente al ataque de caballería, pierden 3 bases y su test de moral es peor aún: Desbandado... GAME OVER.


                              El escenario fue más corto de lo pensado, así es que tuve tiempo para repetirlo. Esta vez los realistas reaccionan a la carga mejor, recibiéndola en orden, pero su desempeño en la mélèe no es bueno y pierden 4 bases; el test de reacción determina retirada y Molina puede facilmente capturar las mulas y retirarse con su botín... De todas maneras se logra un resultado histórico.