martes, 29 de diciembre de 2020

FIN DE AÑO           

                        Además del Wargame Napoleónico, también me gusta el Wargame de escaramuza de la Segunda Guerra Mundial, específicamente sigo varios Blogs del reglamento Chain of Command. Uno de estos Blogs: Gaming with Too Fat Lardies estuvo sin entradas desde enero de 2020. Su creador es español (aunque escribe en un perfecto inglés), por lo que al no encontrar nuevas entradas, cada vez que revisaba el Blog pensaba que el Sars-Cov2 había hecho de las suyas. Afortunadamente el 9 de diciembre reapareció Aníbal Invictus y me reí de mis temores, pero pensé que a lo mejor mi silencio podría causar alguna inquietud similar en quienes me conocen y saben que estoy dentro de la población de riesgo. Por eso, esta entrada tiene como principal motivación demostrar que estoy vivo…

                        A pesar que el año 2020 ha sido un desastre en muchos aspectos; ha sido muy productivo para este Blog. La pandemia me motivó a hacer una entrada que tuvo buena acogida y feed-back, sacándome del letargo que me mantuvo silente durante 2019. Además, las visitas se han incrementado, logrando superar la meta de las 25.000 vistas a alguna de las entradas subidas, estimulándome a continuar compartiendo mis experiencias y actividades en relación a la Independencia de Chile.

                        Octubre y noviembre siempre están copados por actividades académicas y diciembre me vio asistiendo a un Congreso virtual, por lo que no pude avanzar en la confección de las milicias de caballería, debido al tipo de trabajo que implica: Hay que sentarse y concentrarse metódicamente en la escultura de las figuras. El Green Stuff debe ser aplicado en pequeñas porciones y modelado por parcialidades, para no deformar lo que ya se esculpió al intentar formar otro detalle. Por lo tanto, hay que planificar muy bien lo que se hará y seguir pasos bien definidos. En resumen: hay que disponer de un par de horas sin interrupciones y de varios días seguidos para no perder el ritmo u olvidar los pasos que se deben seguir. Con los milicianos ya no hay que modificar pequeños detalles, como equipos o manos, sino que esculpir todo el coleto, todas las botas y estribos y después seguir con todas las monturas ajustadas específicamente a cada figura. No es difícil, pero muy laborioso. El proceso es entretenido si se tiene paciencia, pero se convierte en martirio si estás apurado… En consecuencia, decidí esperar a que se dieran las condiciones óptimas y parece que esto ocurrirá ahora, ya que Curicó volverá a entrar en cuarentena…

Así organicé mi mesa de trabajo para empezar a "vestir" con coletos a los milicianos

Un acercamiento para mostrar el detalle de fijación de las figuras para facilitar su manipulación.

Esta fue una prueba para evaluar el material y método de modelado: La correa posterior y hebilla del coleto.

Una visión lateral del trabajo en progreso


                        A pesar de que las actividades del “mundo real” no me han dejado mucho tiempo para mi pasatiempo (que buen juego de palabras), siempre hay algún espacio para pensar en algo. En uno de estos momentos de meditación he llegado a la conclusión de que no escribiré la “Crónica Militar de la Patria Nueva”. Definitivamente he perdido absolutamente el impulso inicial que me metió en esta aventura… Continuamente me preguntaba ¿Porqué no me atrae?, ¿A qué se debe esta sensación de desagrado?: La respuesta me la mostró el prólogo de la “Crónica Militar de la Patria Vieja”. En un párrafo inicial escribí: “Sin duda, los padres de la patria se maravillarían si pudiesen ver en lo que se ha convertido el país que ellos contribuyeron a independizar. Sus nietos se han levantado con la frente en alto una y otra vez tras ser golpeados por la naturaleza. No menos esfuerzo les ha costado reconstruir los despojos de los enfrentamientos fratricidas que hasta el día de hoy desgarran la convivencia nacional”. Me parece, y esto es mi opinión personal, apolítica y desapasionada, que esto ya no es verdad. Ya no nos levantamos con la frente en alto, sino que esperamos encogidos y gimoteando que alguien nos ayude a solucionar el problema que nosotros mismos creamos. Tampoco nos interesa reconstruir, sino que esperamos con indolencia que una ley active mágicamente el desarrollo del país, sin tocar nuestro patrimonio personal, ni nuestra carga laboral.

                        Pues bien, desechado ese proyecto, he estado retomando otro que hará más interesante los wargames de la Patria Vieja: Un sistema que permita jugar una campaña completa. Será como un juego de mesa, con un mapa dividido en hexágonos, con sistema de suministros, cartas de eventos, líderes, etc. Los enfrentamientos que se produzcan se llevaran a un juego de ESMOSACA. Si el sistema es lo suficientemente robusto, es posible que lo publique o, si hay alguna editorial interesada (Mi hija Javiera me dijo que los juegos de mesa “la llevan”) podría diseñar un sistema de resolución de enfrentamientos con dados.

                        Como pueden ver No estaba muerto, Ni andaba de parranda, solamente estaba muy ocupado, pero no he abandonado el hobby.

                        Mis mejores deseos para 2021… y recuerden usar mascarilla hasta que se vacunen.