sábado, 8 de mayo de 2021


 

UNA HISTORIA SIN FIN…

                         Al reiniciar las entradas de este blog, he tenido la gratísima sorpresa de recibir bastante correspondencia de recreacionistas y wargamers, interesados en el período de la Patria Vieja y con interesantes dudas y sugerencias respecto a la “Crónica Militar de la Patria Vieja”. Debo reiterarles, ahora públicamente, la alegría y satisfacción que sus comentarios me causan, al comprobar que hay compatriotas interesados en recordar y homenajear el esfuerzo de nuestros ancestros, independentistas y realistas, por vivir en un país ideal… En esa época el slogan “Lograr el Chile que queremos” (¿les suena conocido?) era un poco más peligroso: Había que usar un fusil; ahora basta con mascarilla, alcohol gel y un lápiz pasta azul…

                        Entre quienes me han contactado, he de destacar a Nelson Pérez (adjunto su mail para los interesados en sus actividades: nelson.perez@vchome.cl), vice- presidente de la Asociación de Recreación Histórica de Efemérides Chilenas. Esta agrupación desde 2015 recrea al regimiento Talavera en los aniversarios de la batalla de Rancagua y en varios eventos en distintas partes del país y en Buenos Aires (los argentinos tienen muchas agrupaciones muy bien organizadas también). El motivo del largo intercambio de correspondencia que mantuvimos fue motivado por una duda con respecto al uniforme del batallón Talavera en 1814… Pero antes de comenzar a relatarles esta historia sin fin… quiero que conozcan a los recreadores:

 








                         Cuando en 2012 estaba escribiendo la “Crónica…” me contacté con el Instituto de Historia y Cultura Militar de Madrid (IHCM) solicitando información respecto a los uniformes de los Húsares de Galicia y del batallón Talavera. No tenían antecedentes de la unidad de húsares, pero si me enviaron la información disponible “copia literal” del uniforme del Talavera, que es la que incluí en una lámina de mi libro.

                        La Asociación de Nelson Pérez, que hasta el momento utilizaba el uniforme descrito por Molinare y pintado por Subercaceaux en “Los últimos instantes de Rancagua” (ver el tapiz de este blog) quiso cotejar esta lámina (ese es justamente el objetivo del libro… y esa es la actitud que deben tener los recreadores) con el IHCM, pero como no tenían registro de las referencias de consulta, se contactaron con Luis Sorando, quien les envió una copia de la base de datos creada por Juan José Sañudo (ambos uniformólogos de renombre en la Península). Según esta base de datos, cuello y vueltas del uniforme son rojos y no azules con vivo rojo como la información que me entregaron a mí… Dos versiones de la misma fuente… a mi modo de ver ambas confiables, por lo tanto hice una nueva consulta al IHCM, sin embargo me enviaron (el precio es bastante razonable y se obtiene un documento PDF rápidamente) otra información, igualmente útil para profundizar en la historia del Talavera, pero sin mencionar la unifomología. Luego de varias preguntas y respuestas, la conclusión es la siguiente: El archivo del IHCM ha sido “Digitalizado”, pero este término no se refiere a la microfilmación de los documentos (como lo hizo el Archivo Histórico nacional de Santiago), sino que a la transcripción de los documentos en bases de datos de fácil acceso. Es decir, los originales no están disponibles; al menos eso es lo que hace suponer la no respuesta a mi última solicitud efectuada hace más de 2 semanas… el final de la historia queda pendiente indefinidamente.

                        Sin embargo, ninguna duda debe paralizar el recreacionismo y el wargame; las opciones son válidas e incluso el uniforme de 1815 puede utilizarse para recrear la batalla de Cerro Pasco. A modo de resumen y quizás como fe de erratas a la lámina de la “Crónica…”:


                         Otra duda razonable ha surgido con respecto a la gorra cuartelera de los Voluntarios de Castro: La única descripción disponible es de Julio Luqui Lagleyze en su libro “Los Realistas”: “Gorras de cuartel azules con banda grana” también se puede interpretar como gorras de manga y no de plato… Si bien la gorra de plato estaba en uso en el ejército realista al menos desde 1811 (hay un grabado de época que lo vi una vez, pero no he podido hallarlo nuevamente, que debe haber inspirado a J.M. Blanes en su cuadro de la batalla de Las piedras), es válido pensar que la “banda grana” en realidad sea una “manga grana”. Nuevamente me parece que cualquier interpretación es válida. No podemos ser dogmáticos en el recreacionismo, ni en el wargame. Por supuesto que un Voluntario de Castro se vería mal con un pickelhaube, pero una gorra de plato, una gorra de manga, un bicornio o un sombrero redondo no estarían fuera de lugar… el tricornio y el chacó podrían discutirse, aunque no creo que tengan defensores. En fin, ya existe una unidad de recreacionistas de los Voluntarios de Castro en la ciudad de Talca. Nelson no me dio mayores datos, pero quiero concluir esta entrada con algunas fotos de ellos… las gorras de plato lucen bien, aun sin visera…