jueves, 24 de octubre de 2013

WARGAME DEL COMBATE DE “EL ROBLE”

                        Aprovechando que ha disminuido mi carga académica y que aún me dura el embelesamiento de la espectacular celebración del bicentenario del combate, quiero presentarles a El Roble como un escenario para wargame.
                        Como habrán podido apreciar en los wargames de Yerbas Buenas y San Carlos, la desproporción de fuerzas obliga a emplear reglas especiales que permitan un desarrollo del wargame en condiciones de igualdad entre los contendientes. Es la única manera de crear un juego entretenido y que permita que el resultado se acerque al desarrollo histórico de la acción. Como todo wargame la idea es darle alguna oportunidad al bando que perdió el combate histórico de que venza al destino y cambie la historia (esta es mi idea personal y uno de los desacuerdos que tenía con los planteamientos de Featherstone con respecto a la guerra de la Península).
                        En el caso particular de El Roble, 350 realistas con 2 cañones destrozaron un cuerpo de 800 hombres con 6 cañones causándoles un 20% de bajas a costa de 2 cañones abandonados y menos de 60 bajas. Como en todos los combates de la Patria Vieja, no existen órdenes de batalla pormenorizados, pero se pueden inferir algunos elementos que permiten dividir las fuerzas de acuerdo a la participación en el combate. A continuación se exponen las unidades con los oficiales que las condujeron:

Realistas:
-          Guerrilla de Asenjo (C)                     : 200 fusileros, 2 cañones de 4.
-          Guerrilla de Lantaño                          : 100 lanceros/fusileros montados
-          Reserva de Quintanilla                      : 40 fusileros montados
-          Guerrilla de Urrejola                          : 100 lanceros/fusileros, 2 cañones de 4.

Independentistas:
-          Nacionales de Prieto  (C)                   : 100 fusileros
-          Artillería de García                            : 2 cañones de 4.
-          Dragones de D. Benavente                : 100 fusileros
-          Húsares de J.M. Benavente               : 100 Húsares
-          Artillería de Morla                             : 2 cañones de 4
-          Concepción (Sgto. Maruri)                : 100 fusileros
-          Nacionales de O’Higgins                  : 160 fusileros (60 Voluntarios de la Patria)
-          Guardia General                                : 150 lanceros
-          Voluntarios de la Patria                     : 100 fusileros
-          Artillería                                            : 2 cañones de 4.

                        Los comandantes (C) que dirigieron el grueso de las acciones son el coronel Pedro Asenjo (realista) y el capitán José Joaquín Prieto (O’Higgins llegó a estabilizar el combate y estando herido no pudo organizar toda la línea independentista).



                        En este croquis cada cuadrado de la retícula mide 200 metros reales. Las disposiciones de las unidades corresponden a las supuestas una vez establecida la primera línea defensiva independentista y dispersada la caballada por los realistas. A continuación un croquis del escenario diseñado para ESMOSACA (el campo de batalla corresponde al recuadro destacado en el mapa anterior): Cada cuadro equivale a 25 metros reales, las bases de caballería representan 20 soldados, al igual que las de infantería (2 bases a lo largo de c/cuadro y hasta 4 en columna), los cañones a 2 piezas reales. En este caso voy a exponer la mecánica del juego para que sirva de ejemplo de cómo se deben ajustar las reglas a las características del combate.
                        Por el tamaño del terreno de juego, se centra la acción en la lucha de las infanterías, que fue la que decidió la acción, puesto que la caballería independentista solo pudo concurrir montada en escaso número al combate cuando ya los realistas habían cruzado el Itata rumbo a Chillán. Por lo tanto, no participan en el combate los jinetes de la Guardia General, tampoco los Voluntarios y 2 cañones sin comando que se consideran desbandados al inicio del combate. La artillería de Morla y la guerrilla de Urrejola participan fuera del campo con tiradas que condicionan la moral y llegada de refuerzos independentistas (Urrejola se sitúa a retaguardia de la línea de Prieto, por lo tanto el fuego de sus cañones dificulta la reunión de dispersos a menos que sea contrarrestado por la batería de Morla). Los refuerzos se posicionan fuera del campo de batalla, pero frente al cuadro de ingreso que tienen asignado. El dado al lado de las unidades independentistas muestra cuantos turnos faltan para que ingrese al campo.  



                        En ESMOSACA las acciones son alternadas y, en este escenario, empiezan los realistas que ejecutan una acción, luego los independistas y luego se realiza el duelo artillero. Luego los independentistas reducen en 1 el valor del dado de una unidad de refuerzo o, si tenía un valor de 1, ingresa esa unidad al cuadro que le corresponde en el campo de batalla. A continuación los realistas efectúan una acción y se reinicia el ciclo completo. El duelo artillero se resuelve de la siguiente forma: Urrejola dispara sus cañones (2D6) y responde Morla (2D6). Se comparan los valores mayores con los menores. Si Urrejola obtiene ambos valores superiores a Morla, aumenta en 1 el valor del dado de 2 unidades independentistas fuera del campo (retrasa su ingreso en 1 turno). Si Urrejola obtiene un valor superior, solo afecta a una unidad independentista. Si Morla en alguna tirada supera con sus 2 D6 a Urrejola, a partir de ese momento Urrejola solo tirará 1 D6 (Morla también sigue tirando 1D6). Una vez que ingresan todas las unidades independentistas, se termina el duelo artillero y solo siguen las acciones alternadas. Con respecto a los refuerzos realistas, pueden ingresar al campo de batalla, a discreción de su comandante, cada vez que ingresa una unidad independentista.
Condiciones de victoria:
-Victoria decisiva realista: Se eliminan todas las base independentistas (baja o desbande) y los refuerzos restantes no pueden entrar por ocupación con al menos una base realista de su cuadro de ingreso.
-Victoria realista: Se eliminan al menos 16 bases independentistas y los realistas retiran al menos 12 bases o 10 bases incluyendo el cañón.
- Empate: Los realistas se retiran, pero no cumplen con las dos condiciones de victoria.
-Victoria independentista: Los realistas se retiran, pero pierden por bajas y desbande más bases que los independentistas.
-Victoria decisiva independentista: Se eliminan todas las bases realistas. Si los refuerzos no han ingresado, los independistas deben ocupar en dos acciones con al menos una base los cuadros de ingreso de los refuerzos realistas.
BICENTENARIO DEL COMBATE DE “EL ROBLE”

                        El 17 de octubre recién pasado se conmemoró el bicentenario del combate de “El Roble.” Tenía planificado ir de todas maneras, ya conocía el lugar, pues lo había recorrido un par de veces tratándome de imaginar como había sido el combate, así es que no temía perderme. Se me ocurrió revisar la página de la I. Municipalidad de Quillón y constaté con placer que dicha municipalidad, en conjunto con la de Bulnes (que limita con la anterior justamente por curso del río Itata) y la gobernación de la provincia de Ñuble habían organizado un magno evento digno de la fecha. Una rápida consulta telefónica para confirmar la hora y ¡A planificar el viaje!.
                        Desgraciadamente por ser día laboral no me pudo acompañar Fernando, ni Antonio Giubergia (a quien conozco solo por mail, pero lo invité igual), pero la hermana de María de los Ángeles, Adela, se sumó a la expedición… para ser sincero me gustó el cambio de dos hombres (al menos sé que uno es feo) por una mujer buenamoza. El viaje fue sin novedades y relajado, pero llegué justo a las 11:00, confiado en que en Chile todo es 45 a 60 minutos después de la hora fijada, sin embargo, la ceremonia estaba empezando y tuvimos que andar rápido para instalarnos justo cuando el gobernador provincial de Ñuble, Eduardo Durán, revistaba la columna de presentación del regimiento de infantería Nº 9 “Chillán” (Me pareció reconocer al director de la banda instrumental que participó en el bicentenario de San Carlos).
                        El sector se llama “Chillancito” y está poblado en la actualidad. Se ubica inmediatamente al oriente del camino Bulnes-Quillón, a unos 200 metros al sur del puente del Itata (un poco al poniente del vado). Existe un monolito conmemorativo de unos 3 metros de alto con una esfinge de Bernardo O’Higgins y una placa también de bronce. Para la ocasión, a la izquierda del monolito se había levantado un proscenio y al frente Un amplio toldo con un buen número de sillas. Luego de la consabida alocución patriótica, las autoridades presentes (el gobernador  ya mencionado; el alcalde de Quillón, Alberto Gyhra; alcalde de Bulnes, Ernesto Sánchez; Presidente del Instituto O’Higginiano de Ñuble, Alejandro Biker y el Comandante del Rgto. “Chillán) pusieron una ofrenda floral en el monolito. A continuación, los alumnos de la Escuela “Paso El Roble” de Quillón presentaron un número artístico titulado: “Patriotas siguiendo un destino” muy entretenido: Mientras en primer plano damas y caballeros ataviados a la usanza compartían en torno a mesas de mantel blanco, sobre el proscenio se resumía la guerra de la Patria Vieja: O’Higgins propone a Carrera atacar Linares, luego O’Higgins como comandante en jefe arenga a sus soldados y finalmente pacta con Gainza el tratado de Lircay. El broche de oro es el “Cuando”, baile de salón de la época. Luego de los nutridos aplausos, correspondió la presentación de: “Valorando nuestra historia” a cargo de los alumnos de la escuela “Batalla del Roble” de Bulnes. Interesante alegoría en que un viajero que desea hacer un grafiti en el monolito es detenido por una niña que le presenta a su abuela, quien explica la importancia de la batalla (representada simbólicamente en primer plano) y su significado histórico. El momento en que O’Higgins lanza su inmortal grito “¡Morir con honor o vivir con gloria!” arrancó espontáneos aplausos en una concurrencia que estaba completamente arrobada por la convincente actuación de los muchachos. El acto terminó con la liberación del pergamino que contenía el relato de la batalla al cielo para esparcir su enseñanza al país y el mundo…
                        Para finalizar el acto se preparó el desfile cívico-militar. Para lo cual las autoridades pasaron al frente del monolito y los acompañó el “historiador y tataranieto de José María Benavente que participó en la batalla”, o sea: Yo… La verdad es que soy hijo del tataranieto del Rafael Benavente, hermano menor de José María y Diego José, pero María de los Ángeles acortó un poco la línea de parentesco cuando le preguntaron… pragmatismo femenino. Gracias a esta iniciativa tuve el privilegio de rendir honores a los niños y profesores que hicieron que este día fuera especialmente significativo.
                        Mi idea original era llevar a Adela y María de los Ángeles a recorrer el campo de batalla y aprovechar de mostrarles Quillón, incluso había un cóctel programado, pero el viaje de 250 kilómetros y el calor nos tenían un poco agobiados (definitivamente no tengo la pasta de los soldados de 1813), así es que me despedí del Dr. Alberto Gyhra a quien conocía de mis tiempos de la beca de Medicina Interna en Concepción y nos fuimos a almorzar a un restaurante cercano (Casino Familiar de Villa Baviera) donde las bebidas con hielo y un delicioso pato asado con puré de manzana nos hizo recobrar fuerzas.
                        Tomé muchas fotos y no quiero dejar ninguna afuera. Es mi humilde homenaje a los niños que actuaron y, seguramente con la ayuda de sus padres, confeccionaron sus disfraces para homenajear a nuestros héroes. Muy especialmente deseo dar las gracias a los directores y profesores de las escuelas de Quillón y Bulnes que desplegaron esfuerzo, iniciativa e imaginación para preparar actos tan significativos, entretenidos y simbólicos… Aun siento ese cosquilleo en el estómago que me dice “Marco estás orgulloso de ser testigo de algo así” y, bueno, la gobernación y los alcaldes deben haber financiado y dado el impulso a esta iniciativa, lo que pone muy en alto su compromiso con la educación de sus comunidades. Lástima que los medios de “comunicación” brillen por su ausencia, seguramente andaban persiguiendo a algún personaje de la farándula para preguntarle si era verdad que se acostaba con… típico.

                        Creo que ha llegado el momento de morderme la lengua y reconocer que mi crítica a las autoridades por la celebración del Bicentenario del 18 de septiembre de 1810, se debe limitar al nivel nacional y regional. Las conmemoraciones a nivel comunal de Yerbas Buenas, San Carlos y El Roble han superado ampliamente mis expectativas. Bien por los alcaldes y muy bien por LOS PROFESORES.  
                            Ahora las fotos: Están en tamaño reducido, pero si las pinchan, podrán apreciar los detalles (creo que desde que empecé este Blog mis capacidades como fotógrafo han mejorado considerablemente)
El comité de bienvenida. Estas simpáticas damas entregaban una piocha conmemorativa y un tríptico de muy buena calidad para recordar la ceremonia.

La piocha

El tríptico, no sé porqué Blogger lo sube verticalmente... pero se aprecia bien.


María de los Ángeles y Adela con el Triptico y la "Crónica..." bajo el toldo al inicio de la ceremonia

Las Autoridades y la ofrenda floral.

O'Higgins y Carrera (sentado)

O'Higgins arenga a sus soldados.


Gainza con peluca pactando la tregua co O'Higgins.

La cuadrilla se prepara pra bailar el "Cuando".

El  "Cuando". Los disfraces están muy bien logrados.

Tratando de convencer al viajero la importancia de la historia. La guitarra eléctrica dio un perfecto fondo musical. Muy bien lograda toda la puesta en escena.

Los independentistas rodeados por los realistas.

"¡Morir con honor o morir con gloria!"

La derrota transformada en victoria

El pergamino con la historia de El Roble inicia su viaje... 

Hacia el mundo... Al menos a través de este Blog llegará muy lejos.


La banda se encajona para inicar el desfile cívico-militar.



Las escuelas y el liceo local desfilan frente a las autoridades no puedo retener normbres, pero creo que están todos en esta y las siguientes fotos.
















Estos uniformes muestran investigación histórica, especialmente en la penúltima fila se ve un granadero de Chile con su mitra y granada dorada. Nótese el vivo rojo de la bocamanga.

Esto fue muy enternecedor. La escolta de la izquierda se asustó con el ruido de la banda, pero no soltó su cinta y completó su paso frente a las autoridades llorando amargamente... ¡Esa será una gran chilena!

Todos desfilaron...






Un caballero tan elegante es irresistible para las damas interesadas en la historia...

A este su dama no lo dejó solo...

domingo, 6 de octubre de 2013

RECREANDO LA HISTORIA

                        Ayer, sábado 5 de octubre, aprovechando que tenía una actividad académica en Talca (recuerden que yo vivo en Curicó), decidí aceptar la invitación de mi amigo Fernando Valle y viajar a Linares, donde se había planificado un “Campamento de Instrucción.” La agrupación de recreacionistas en que participa fernando ha desarrollado el tema de la compañía de cazadores del batallón Nº 3 “Arauco”, sucesor de la “División Volante del Sur” con que el coronel Freire invadió Chile por el paso del Planchón en 1817. Aunque un poco posterior a la Patria Vieja, el tema militar es similar, por lo tanto llegué pasado el mediodía a la salida de Linares hacia “El Pejerrey,” donde estaba el terreno en que se haría la actividad.
                        Luego de los saludos y presentaciones de rigor, mientras algunos se ponían sus uniformes de trabajo, se distribuyó el rancho: Charquicán (hecho con charqui). Yo había almorzado, pero probé este plato típico (para los extranjeros: Se cuecen papas con zapallo y se muelen. Se fríen cebollas picadas con sal, ajo, orégano y ají de color. Otros aliños a gusto del furriel. Sobre este sofrito se fríe la carne molida o charqui picado y luego se integra y revuelve con el puré de papas y zapallo), lo habían recalentado en olleta de fierro y servido en plato de greda con cuchara de madera… ¡Estaba muy bueno!, me arrepentí de haber sacado tan poco, pero los soldados estaban muy hambrientos y la olleta quedó vacía mientras conversábamos de historia, batallas, como confeccionar uniformes, cartucheras, shacós, etc.
                        Después del rancho se procedió a armar el campamento, levantando dos tiendas de campaña de lona, con vientos de cáñamo y estacas de madera (Francisco P. había leído que se podían usar clavos de fierro, así es que algunos clavos de ferrocarril ayudaron a la tarea). Lo más llamativo para mí, como “periodista extemporáneo” fue ver al espíritu de camaradería de los recreacionistas (ya todos vestidos de época): Cada uno cumplía con alguna labor específica, se ayudaban mutuamente y cumplían los pedidos de los demás sin chistar. Nada de “¡Aquí mando yo!”, ni “¿porqué no lo haces tú?”, ni “ahora te toca a ti”. Realmente, se empezaba a vivir la camaradería militar. Todos trabajaban tras un objetivo común… En este ambiente el campamento quedó levantado en poco tiempo si se consideran los medios utilizados (nada de tiendas “Iglú”, ni sacos de dormir térmicos, ni velcro, nylon, plástico, ni herramientas multifuncionales).
                        Con los últimos retoques al campamento salieron a relucir los fusiles y ya no pude seguir siendo observador. Entre las réplicas estaban dos “Charleville” y se me fueron las manos y no pude evitar hacer algún manejo de armas y esgrima de bayoneta… Luego de recuperar la compostura (sudoroso y con el aliento entrecortado), reasumí mi papel de observador y el pelotón de cazadores se preparó para entrenamiento en el campo. Vean algunas fotos:
 
Descansando después de bajar los equipos del auto. Ya se empiezan a ver uniformes de época

Las generosas porciones de charquicán. La olleta alcanzó justo a saciar el hambre de 5 soldados y un corresponsal

Este cabo 1º tenía vajilla de madera.

La primera tienda de campaña es levantada.

El interior de la tienda de campaña. ¡Espero que los haya protegido de los 4ºC de temperatura que hubo esa noche!

El campamento ya toma forma. Han desaparecido los elementos del siglo XXI y los fusiles descansan en pabellones.

Se ha izado la bandera (de la Patria Nueva), marcando el final de los trabajos de acampar. Los soldados visten su uniforme completo.

Formados para iniciar la instrucción, de izquierda a derecha: Francisco Perez (arquitecto); Francisco Figueroa (estudiante secundario); Jorge Miethke (productor de T.V.); Guillermo Valle (eventos turísticos) y Fernando Valle (profesor de historia).

En marcha al campo de instrucción.

Desplegando en orden abierto.

La táctica de escaramuzadores: Fomados en parejas, mientras un soldado recarga el fusíl, el otro dispara o espera, con el arma cargada, que se presente un blanco.

Escaramuzadores aprovechando el terreno para tirotear al enemigo a cubierto.


                        Después del duro entrenamiento de orden abierto o escaramuzadores, los recreacionistas volvieron al campamento y les comuniqué que me debía retirar. Ya me habían invitado al asado a la parrilla que prepararían para cenar, en la cual pensaban “¡Tomar como granaderos!”, pero yo me había rehusado, por lo tanto mi “pasaje de salida” fue vestirme como cazador: De todas partes surgieron piezas de vestuario y equipo y… saquen sus propias conclusiones.

 



















                        El camino de vuelta a Curicó se me hizo muy corto. Además de repasar los recuerdos de una agradable actividad, mientras manejaba a 120 km/hr. por la cómoda doble vía de la ruta 5, no pude dejar de pensar en nuestros soldados de la guerra de independencia. Aun con la sensación fresca en el cuerpo del uniforme de paño (100% lana); con el pecho aprisionado por el doble correaje ajustado por el peso de la cartuchera y la bayoneta; el peso del shacó con refuerzos de cuero y, especialmente del fusíl que con la bayoneta debe pesar más de 5 kilos, no pude dejar de compadecer y admirar a los soldados que debían recorrer caminos de tierra, tragando e inhalando polvo, con todo ese peso, sumado a sus morrales y cantimploras, para luego tener que luchar por sus vidas... Debo reconocer que esta corta experiencia de recreacionismo me acercó mucho más la realidad histórica que los años de investigación que he realizado en archivos y museos. Ahora puedo comprender que cada soldado que vistió uniforme (de cualquier bando) y cargó un fusíl en marchas de días y semanas fue un héroe. Creo que los historiadores que livianamente interpretan nuestro pasado y catalogan a tal o cual ejército de mala calidad, o que los soldados no cumplieron con su deber o critican las deserciones, deberían al menos un día ser recreacionistas, estoy seguro que sus juicios serían mucho menos severos y comprenderían que no hubo malos soldados, fallaron los comandantes, los civiles que debían proporcionarles los elementos necesarios y los políticos que los mandaron a luchar. El bando que perdió no fue el que tenia peores soldados; triunfó el que tenía mejores…