COLINAS,
MONTES, CERROS…
Cualquier elevación de
terreno puede constituir un objetivo militar. Una de las estrategias básicas es
conquistar el terreno elevado para dominar al enemigo y conceder ventajas a
quien domine la posición (el mismísimo Darth Vader lo pudo comprobar). En la
época napoleónica Wellington usó las elevaciones del terreno para ocultar su
línea principal de batalla a la artillería francesa, obligando a las columnas
enemigas a subir en busca de un enemigo que, sin haber sido arrasado por la
artillería, ni los escaramuzadores, podía desplegar toda su eficacia de fuego
contra las desordenadas líneas francesas (la famosa “reverse slope tactic”).
El puerto de Talcahuano,
rodeado de cerros, ciénagas y bosques presentaba numerosas posiciones
defensivas, que podían constituir una línea de fortificaciones difícil de
conquistar, como lo demostraron numerosos combates durante la Patria Nueva y
Guerra a Muerte. Sin embargo, durante la Patria Vieja, solo se podía contar con
la improvisación de los comandantes que, con más o menos resolución, deseaban
negarle el acceso al puerto a sus enemigos. La única táctica posible era subir
artillería y la escasa infantería disponible a un cerro que dominara las vías
de acceso al puerto, las que estaban limitadas por el mar que rodea la península
de Talcahuano y las ciénagas, secuelas de pasados maremotos, que hacen
dificultoso el paso a cuerpos numerosos fuera de los caminos.
En la noche del 26 de
marzo de 1813, el gobernador de Talcahuano, Rafael De la Sotta subió a la
altura dominante su artillería y formó una línea con los escasos refuerzos
llegados de Concepción. Su intención era retrasar el avance realista hasta
recibir los refuerzos prometidos por el gobernador José Pedro Benavente. La
premura del tiempo no permitió cavar trincheras, ni fortificar la posición.
Por lo tanto, para hacer
un wargame del combate de Talcahuano del 27 de marzo de 1813, solo se necesitan
caminos, una cadena de cerros y… ciénagas. Los caminos ya los tenía hechos y
las ciénagas se pueden representar con arena suelta en los cuadros sin caminos
(quizás es un poco sucio, a lo mejor imprimo algunas ciénagas en papel… ya lo
veremos). Sólo faltaban los cerros y, como lo comenté en la entrada anterior,
me puse manos a la obra.
Primera parte del trabajo terminado: Todos los cerros cubiertos con la venda enyesada, se dejan secar un par de horas. |
Un acercamiento al cerro que será usado para posicionar la defensa de De la Sotta. |
Terminado el pulido y marcadas las líneas, con masilla se retocan los defectos y se da una mano de pintura. |
Los montes en el terreno de juego... si, ya sé, hay que trabajar el terreno para que no se vea tan "limpio". |
Un acercamiento. Aún no decido si ponerle vegetación. Para el escenario de Talcahuano cumple con su función táctica... siempre habrá tiempo para mejorar la estética más adelante. |
En la próxima entrada
jugaré el escenario. Mientras tanto, en este LINK, podrán encontrar la descripción del escenario y el orden de batalla. Antes que
piensen que es “pan comido” para los realistas que están en ventaja numérica de
6:1, las características del terreno exponen a la columna realista al fuego de
los cañones independentistas sin terreno en que desplegar y, si lo hacen, el
avance enlentecido por las ciénagas puede quebrar su moral (como casi sucede en
la realidad).
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