RECUERDOS
DE CINCUENTA AÑOS (continuación)
A
mediados de la década de los 90, la llegada de internet me mostró la verdadera magnitud del desarrollo
del hobby a nivel mundial. Lo que se intuía en las páginas de Millitary
Modelling, ahora estaba frente a mis envidiosos ojos. ¡¡Terrenos de juego perfectos,
soldados pintados con detalles, sombras y brillos extraordinarios, reglamentos
y… millones de wargamers!! La mayoría mayores que yo (entonces solo tenía algo
más de 30 años) y muy entusiastas… Sin embargo, junto con este mundo
inalcanzable, estaban los juegos de PC. Brotó nuevamente mi vena de ajedrecista
y empecé a buscar juegos de estrategia militar. Obviamente, la oferta era
amplia y, nuevamente, pinceles y cuchillas se guardaron. La verdad es que ante
la imposibilidad de alcanzar la perfección, prácticamente abandoné todo intento
de seguir con los wargames napoleónicos. Tampoco existían evidencias de que se
pudieran adaptar los reglamentos napoleónicos a las minúsculas batallas de la
independencia americana. Por otro lado, los reglamentos de escaramuza tampoco
me atraían mucho, puesto que consideraban escenarios con 10 a 20 soldados por
lado. El tiempo libre se iba en jugar frente al computador, desplazando íconos
o miniaturas animadas, dependiendo del juego, que luchaban de acuerdo a
algoritmos matemáticos. Pero entre juegos, también navegaba deleitándome con
las novedades del hobby. Así, tomé contacto con dos amigos de EEUU que,
indirectamente, me empujaron de nuevo a la senda abandonada.
LOS AÑOS 2000:
Terminando
la década del 90, tuve conocimiento y le hice saber mi interés a Peter Panzeri,
uno de los creadores de los reglamentos SANTA ANNA confeccionados para jugar
wargames de escaramuzas o con ejércitos pequeños y reproducir las batallas y
combates de la guerra mexico-estadounidense. Este reglamento me parecía que
podía ajustarse a los combates de la Patria Vieja y, comencé a probarlo,
desempolvando mis soldados de plástico. A fin de enviarle a Peter escenarios
para su reglamento, hice mi primer resumen de la Patria Vieja, con órdenes de
batalla y planos para todos los enfrentamientos, escaramuzas y batallas. Aprovechando
estos datos, retomé el juego de computador de Norm Koger “AGE OF RIFLES” que,
gracias a su editor permite recrear cualquier enfrentamiento, con una
Inteligencia Artificial que puede modularse hasta lograr que la batalla corra
sola en la manera histórica. A fin de una mejor reproducción visual (El juego
es en DOS…) con un editor SHP pude hacer un módulo completo de la campaña de
1813, con uniformes, banderas y armamento (incluso lanchas cañoneras) que representaran
fielmente los bandos contendientes en esta primera campaña dela Patria Vieja; este
módulo todavía se encuentra en los archivos del grupo Yahoo de Ages of Rifles.
Fue a través de este grupo que conocí a John Ferry, con quien jugamos completa
la campaña de 1813 y nos hicimos amigos. El interés de John es la Guerra Civil
Americana (ACW) y también jugamos muchos escenarios creados por él (yo siempre
elegí a los confederados, después supe que John es recreacionista y representa
a un oficial de la Unión). Entre lo que me contaba mi nuevo amigo, estaban sus
planes y logros en el hobby: dioramas, recreaciones para enseñarle a escolares
el estilo de vida y de lucha de la época, escribir una novela histórica y hacer
un juego de computador específico para la ACW. Todos estos proyectos excitaron
mi imaginación y comencé a pensar que tal vez, en vez de adaptar lo existente,
debía crear un reglamento específico para wargames de la guerra de
independencia y hacer mis propias figuras. Mis primeros pasos fueron en terreno
conocido: Hice un reglamento casero, pensando en que se pudiera utilizar en
Chile, con los escasos elementos disponibles. Al comienzo en escala 1:300,
centrado en la campaña de Waterloo (siempre rondando), reduciendo la
complejidad al máximo, pero manteniendo el estilo del período. Estaba en esto
cuando recibí el golpe de los años: Después de modificar los soldados de
Brunswick para el escenario de Quatre Brass, que era el escenario de prueba del
reglamento, pretendí hacer lo mismo con los granaderos de la vieja guardia
francesa y transformarlos en granaderos de Chile, pero luego de dos cortes con
el cuchillo de hobby me di cuenta que no veía bien. Ya intuía que esos dolores
de cabeza después de estudiar o leer se debían a la presbicia, pero ahora NO
VEÍA, es decir tenía que alejar tanto las figuras de 25 mm para no verlas
borrosas, que ya no se percibían los detalles… olvídense de pintar botones o
correajes. De todas maneras completé el reglamento (lo llamé MOSACA, es decir
Mosquete, sable y cañón) y comencé a testearlo para escalas menores: 1:75 y,
para la Patria Vieja, 1:10. Luego de algunos años ya me acostumbré a los lentes
y he vuelto a pintar con una lupa binocular de 4x.
Esta fue mi última conversión hecha sin lentes: Oficial y soldados de la Leib Garde de Brunswick (HAT) modificados y listos para pintar |
Vista posterior de mi último trabajo de pintura a "ojo desnudo" |
LOS AÑOS 2010:
Y
aquí estamos, y los dolores de cabeza me advierten que requiero de un tercer
recambio de lentes, pero sigo intentando completar mis ejércitos de la Patria
Vieja. Claro que también estoy evaluando la escala de 6 mm… Seguramente dirán: “Apenas
puede ver los soldados de 25 mm, ¡¿Cómo se le ocurre intentar siquiera ver los
de 6 mm?!. Bueno lo cierto es que en 2 horas he pintado 24 soldados, incluido
comando, del batallón Concepción (Spanish infantry BACCUS) y son mucho más
fáciles de pintar que los de 25 mm. No hay que fijarse en botones (no los hay),
ni ojos, ni perfilar equipo, ni los refuerzos de bronce de mosquetes. Todo es básico, pero el resultado es muy llamativo.
Por si no me creían que eran soldados de 6 mm, aquí se comparan con las "gigantes" de 28 mm. |
Sin
embargo, lo que fue un verdadero picanazo para insistir en el hobby, ya lo he dicho
en otras entradas, fue la conmemoración del Bicentenario de la Independencia
Nacional. Más allá de que esta celebración debiera ser en 2018, se evidenció un
desconocimiento tan marcado de los sacrificios de tantos chilenos durante la
Patria Vieja, que el malestar que me embargó llamó la atención de mi mujer.
Ella me sacó de la depresión y me instó a insistir. Gracias a ella estoy hoy,
domingo, escribiendo esto y, gracias a ella, en un par de semanas más se
publicará la CRÓNICA MILITAR DE LA PATRIA VIEJA, que según las palabras de
María de los Ángeles: “Es como un recetario de cocina. Describe como se forman
los ejércitos, como son los campos de batalla, como se visten los soldados y
funcionan las armas, en fin, tiene todos los elementos como para recrear la
época” Lógica femenina: Clara y pragmática.
El
resto de mi historia con respecto al hobby y la historia militar la iremos
escribiendo en este Blog. Espero que les sirva de inspiración para que
descubran, antes de que los años les pasen la cuenta, que recrear el Sitio de
Chillán o la batalla de San Carlos con soldados a escala y uniformados de
acuerdo a la evidencia histórica, es tan entretenido cono llevar a cabo una
partida de Warhammer o poner en la mesa a los granaderos de Napoleón
enfrentados a los Highlanders de Wellington… con el estímulo adicional de que quizás
estemos representando con alguna figura, a algún ancestro que la historia no quiere
recordar.
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