lunes, 14 de febrero de 2022

 

UNA HISTORIA SIN FIN (SEGUNDA PARTE…¿Y FINAL?)

 

                        Ayer, 12 de febrero, me armé de paciencia y vi los noticieros nocturnos de la televisión… No tengo claro si me motivó la esperanza o el masoquismo. Quería ver si algún periodista o editor de noticias chileno consideraba importante conmemorar el aniversario 205 de la batalla de Chacabuco. Obviamente, la respuesta fue NO.

                        A quienes leen este Blog, es probable que la situación les parezca deplorable, pero a la mayoría de los chilenos recordar el pasado, especialmente la historia militar, no pasa de ser una pérdida de tiempo; y miran a quienes tratamos de explicarles la importancia de las lecciones del pasado como a, en el mejor de los casos, ociosos. Si insistimos, corremos el riesgo de ser tildados de fascistas y rápidamente aislados.

                        Para mí, la batalla de Chacabuco representa la confirmación de que los ejércitos realistas podían ser vencidos en América y que Chile, perdió la oportunidad de obtener su independencia en 1814 por las disputas de las facciones políticas que hipotecaron el futuro del país apostando a idearios utópicos, como el plan de gobierno de Juan Egaña, ambiciones de poder o, simplemente ignorancia e ineptitud. Nunca el aforismo: “el camino del infierno está pavimentado de buenas intenciones” tuvo un ejemplo más tangible como las acciones de los gobiernos de la Patria Vieja. Asimismo, nunca los errores de los dirigentes de un país tuvieron consecuencias más funestas.

                        Chacabuco significó, además, la subordinación de la Independencia Nacional al sueño sanmartininano, retrasando la estabilidad política e institucional de Chile hasta 1833. Fueron 20 años de guerra y anarquía… un precio demasiado alto, que podría haberse evitado con un poco de realismo y disciplina.

                        Como estoy encerrado en mi mundo, esperando con los dientes apretados lo que sé que ocurrirá en mi país, celebré el aniversario de la batalla de Chacabuco a la chilena, con empanadas y vino tinto y preparo esta entrada para completar la información del uniforme del regimiento Talavera.

Celebrando a la chilena, con dos chilenas. Mi madre con sus 94 años hizo casi sola las empanadas... Prefiere la cerveza al vino. María de los Ángeles es más tradicional.

   
                     Ya he comentado que estoy muy poco motivado a dedicar tiempo a este Blog, pero mi amigo José Luis Calvo, no ha descansado rebuscando todas las posibles bases documentales y opiniones de expertos, hasta lograr evacuar un documento en el cual, según sus propias palabras: “Como quiera que no existe, al menos no se conoce, Real Orden alguna o reglamentación específica sobre el vestuario que el regimiento Talavera recibió tras su formación en el Arsenal de la Carraca, tras varias consultas o encuestas realizadas a expertos en la materia, se determina y se da por bueno que su uniforme es el que se recoge y describe en los historiales, cuyo uniforme se compone de “casaca larga (oficiales), pantalón y capote azul turquí; cuello, vuelta redonda y vivo encarnada; carterilla (portezuela) recta en la vuelta azul, botón blanco y chacó ancho de copa de suela negra con chapa blanca y escarapela roja, presilla y barboquejo; pompón encarnado con flama para granaderos, verde los cazadores y blanco los fusileros…”.

           

Este dibujo, confeccionado, como los siguientes, por José Luis Calvo representa el modelo de las casacas de paño de soldados y oficiales. Las hombreras son de paño azul turquí con vivo rojo.

Chacó, en este caso de Cazadores

            

 

La gorra cuartelera, con el detalle de la insignia con el acrónimo de Talavera. Los granaderos podían llevar una granada.

                                                  Estos datos se complementan con los consignados en un cuadernillo de la Comisión de Reemplazos, donde vienen relacionadas las prendas de vestuario entragadas a cada uno de los cuerpos expedicionarios. No incluye diseños de modelos, pero si vienen expresados los colores de cada una de las prendas entregadas a algunos cuerpos, así como también los diversos efectos de uniforme y equipo:

            Cada soldado recibía como prenda de cabeza un morrión, con chapa de latón, cordones, pompón, carrilleras y funda.

                Cantimploras de madera procedentes de Pasajes (Guipúzcoa), posiblemente de procedencia inglesa.

            El uniforme estaba compuesto de casaca, pantalón y capote de paño; dos camisas, una chaqueta, pantalón y botines de lienzo, corbatín de pana, un par de zapatos y un gorro de paño (cuartel).

                  Los oficiales usaban gorro de paño en lugar de morrión, así como casacas largas.

         Las compañías de Cazadores y Granaderos del regimiento TALAVERA (también el de Granada) llevaban, además de la chapa, cornetillas y granadas en los morriones.

                                    Solo destacar las carrilleras del morrión. No se trata del simple barboquejo de cuero, sino que de carrilleras de escamas de metal blanco. También llama la atención que los oficiales no llevaban el bicornio (según José Luis se dejó de usar en el ejército español en 1811), sino que la gorra de cuartel, probablemente con borde plateado, en vez de blanco.

            Por último, No puedo dejar de reiterar mis agradecimientos a don José Luis Calvo, cuya imagen "oficial" (es la que está en internet y él no dispone de otras) les presento. Sin duda su desinteresada investigación es la única responsable de que este Blog haya podido corregir un error en la iconografía de la "Crónica Militar de la Patria Vieja". Justamente la idea de este espacio era estimular el estudio de la historia militar del período para rellenar las lagunas (en algunos casos verdaderos lagos) que la historia oficial ha dejado por desidia y falta de interés.
               He de confesar que la desidia también me ha contagiado y he retrasado, sin justificación valedera la publicación de esta entrada por más de un mes. José Luis me envió una monografía con sus dibujos el 7 de enero... 
Después de todo, soy chileno... 







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