sábado, 4 de abril de 2015

RANCAGUA 1º DE OCTUBRE 1814: LA TRINCHERA SUR

                        Siendo los combates en la trinchera sur de Rancagua los más emblemáticos  de esta batalla el 1º de octubre de 1814, me ha parecido lógico usarlos para probar y modificar ESMOSACA cuando diseñaba este reglamento. Es un escenario simple en cuanto a unidades involucradas, pero con la complejidad de la lucha callejera y en áreas edificadas, en que se mezclan pequeñas escaramuzas con movimientos y descargas masivas, Habiendo terminado de construir los elementos del escenario (Los techos fueron una pesadilla. No encontré ninguna fórmula para cortar los ángulos, hasta que al final pude pillar el truco), hice un nuevo wargame para probar la facilidad/dificultad de desplazar las bases en recintos estrechos y lucir mis nuevos dados… Este es el resultado:

El escenario está armado. A la izquierda, fuera del tablero, está la plaza de Rancagua. Por la derecha, en la calle del centro (San Francisco) avanzarán los realistas.

Las posiciones iniciales: Al fondo la trinchera independentista y escaramuzadores sobre los tejados e interior de casas-esquinas.  Los talaveras en columna, comandados por Maroto en el borde del tablero más cercano a la cámara. A la izquierda al fondo, el "batallón" (5 bases) Nº 1 de Chile en reserva. La hoja de referencia rápida de ESMOSACA, Los dados y la caja (Me la confeccionó María de los Ángeles) para guardarlos junto a marcadores y otros elementos. En el extremo izquierdo, los Húsares de la Concordia. 

Vista aérea de las posiciones iniciales independentistas. Aún no decido cual bandera usar... Los parapetos son rectos por comodidad. La forma de bastión histórica ocupa mucho espacio y no permite el adecuado posicionamiento de las bases... Me parece que así no se ven mal y cumplen con su cometido.

Vista a ras de piso de la posición inicial de los realistas. Tampoco he elegido la bandera del Talavera...
                          Como lo establece el escenario, Maroto ordena al batallón Talavera avanzar en columna por la calle de San Francisco, frente a la trinchera enemiga. La descarga independentista no logra detener el avance y luego de un corto intercambio de disparos, con bajas en ambos lados, los talaveras cargan contra la trinchera independentista. Los veteranos españoles hacen valer su experiencia y el ímpeto del asalto superan la protección de la trinchera. Las bajas se acumulan, pero al final ceden los defensores retirándose ante la presión realista. Los artilleros dejados a su suerte son exterminados por los victoriosos talaveras, pero esta pausa significa el fin del ataque: Una vez superado el parapeto, la cabeza de la columna realista es recibida por una descarga de flanco de los soldados independentistas parapetados en las casas y tejados de ambos lados de la trinchera. La pérdida del oficial que los dirigía y de toda la línea de vanguardia es demasiado para la moral de los veteranos españoles y se baten en retirada.

Los talavera avanzan, siendo recibidos por una descarga masiva independentistas. La misma orden de avanzar de Maroto hace entrar a los Húsares de la Concordia (al fondo)
A pesar de las pérdidas, los realistas atacan la trinchera...
Y la conquistan, pero reciben intenso fuego de fusilería por ambos flancos...

Y se retiran
                        Aprovechando el respiro, O’Higgins reorganiza a los soldados que se habían retirado, haciéndolos retomar sus posiciones en la trinchera, también llama a la compañía del batallón Nº 1 que estaba en reserva, pero ya no dispone de artilleros…
                        Maroto también reorganiza a los talaveras disponiéndolos en las calles laterales y ordena a las Húsares de la Concordia que carguen contra la trinchera independentista, sin embargo, los jinetes de Barañao no alcanzan a cumplir su objetivo, una descarga cerrada los detiene y reduce su moral hasta el nivel de retirada. En estos momentos, Maroto toma una decisión que le dará la victoria, en vez de distraerse tratando de detener la retirada de los Húsares, ordena un avance general a través de casas (usando zapadores) y sobre los tejados de las construcciones a ambos lados de la calle de San Francisco. De esta manera gana la iniciativa sobre O’Higgins, que debe reforzar a sus hombres que deben frenar este avance en inferioridad numérica, impidiendo que pueda, mediante descargas de fusilería desordenar el inminente ataque.
La carga de Barañao y sus Húsares.

Maroto permite que se retiren los Húsares, pero hace avanzar a sus infantes, que coronan los techos y penetran a las casas para avanzar por los patios interiores.
El avance realista por ambos flancos. Los patios interiores en cada manzana, son los cuatro cuadros centrales con muros "techados". Los muros periféricos son en realidad el interior de las casas (así se evita tener que estar levantando techos). Los soldados en esos cuadros están en realidad "bajo techo" y solo pueden disparar hacia la calle o el patio interior adyacente. De ahí la importancia de las casa-esquina...
                        Mientras los escaramuzadores mantienen un continuo duelo con ventaja independentista, los talaveras logran rechazar a los independentistas de los patios interiores en la manzana oeste y llegan a ocupar la casa-esquina que flanquea la trinchera independentista. A pesar de que en la manzana este el ataque ha sido detenido, desordenando a las huestes atacantes, O’Higgins se ve obligado a ordenar un repliegue general, para reunir fuerzas suficientes que le permitan desalojar a los realistas de la casa esquina (tarea casi imposible, pues son tropas veteranas protegidas por construcción, contra tropas de línea en descubierto).

Los independistas se han replegado y deben esperar la ofensiva realista...

                        Ya ha transcurrido una hora y 20 minutos del escenario. O’Higgins se encuentra clavado en su posición, en franca inferioridad numérica. Ya los intercambios de fusilería no causan mayor daño y Maroto decide dar el golpe final. Reúne una compañía que estaba en reserva y, personalmente, la dirige al ataque por la calle de San Francisco.
La ofensiva final es liderada por Maroto en persona.
                       O’Higgins contempla este avance y sabe que es el golpe definitivo, pero con su temeridad habitual decide jugárselo todo a una última carta y ordena cargar a la bayoneta a la columna realista. Sin embargo, los veteranos españoles lograr frenar el impetuoso y desesperado ataque y eliminan sistemáticamente a todos los agresores, incluido su intrépido comandante.
La última jugada de O'Higgins.
                        Los últimos defensores independentistas tratan de cerrar el paso a los triunfantes talaveras, pero ya están agotados y desmoralizados, siendo rápidamente reducidos.
                        Los realistas han obtenido una Victoria Decisiva, pero costosa: Han logrado salir con más de un oficial por el extremo norte de la calle de San Francisco (es decir, entrar en la plaza de Rancagua) luego de menos de 120 minutos de combate (96 para ser exactos). Sus pérdidas suman 220 hombres y 120 húsares desbandados. Los independentistas han perdido los cañones y son bajas los 360 soldados, incluido su comandante, que combatieron.

Esta es la visión que tienen los independentistas desde la plaza: Los talaveras victoriosos se aseguran de que no hay resistencia para seguir avanzando. ¡Victoria Decisiva! 

...y aquí no ha pasado nada. Todo guardado y ordenado, se autoprotege del polvo y ocupa un mínimo espacio.

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