LOS INFANTES DE LA PATRIA
El
viernes en la noche fuimos con María de los Ángeles a conocer un nuevo
restaurante de Curicó. Pedimos unos Mojitos con algunos rolls de Sushi (es
nuestra manera de hacer fusión en gastronomía). Nos recibió un garzón
venezolano (lo reconocí por el acento y le gané la mitad de la cuenta a María
de los Ángeles) y luego nos atendió una garzona argentina…No había mucha gente,
así es que pudimos conversar con ellos sin problemas. Ambos contentos,
integrados y optimistas (más que los chilenos).
Al
día siguiente de esta experiencia, me puse a pensar en la importante migración
haitiana al país y, particularmente a Curicó donde, según un conocido de la
Cámara de Comercio, ya contamos con casi 4.000 haitianos. Esta cifra ya es
evidente en una ciudad con algo más de 100.000 habitantes. Según el censo de
1813, la provincia contaba con cerca de 30.500 habitantes, de los cuales se
consignan algo más de 2700 “mulatos” y 2 “negros”. Como no están consignados
los “zambos”, podemos suponer que durante la Patria Vieja en Curicó el 10% de
la población tenía algún grado de ascendencia africana. Por lo tanto, para los
alarmistas y todos aquellos que miran la migración con malos ojos, aún en
nuestra provincia estamos con bastante déficit para alcanzar la proporción de
población afrodescendiente del comienzo de nuestra gesta emancipadora de la que
tanto nos enorgullecemos, pero de la que tan poco sabemos.
Uno
de los mitos que más se repite es que el batallón de Pardos, luego bautizado de
Infantes de la Patria estaba constituido por esclavos que “abrazaron
agradecidos la causa de la libertad luego de la promulgación de la ley de
Libertad de Vientre…” Nada más lejos de la realidad: Los afrodescendientes del
batallón eran hombres libres, la mayoría con oficios o artesanos que formaban
la naciente clase media colonial. A diferencia de los batallones coloniales de
la época, los Infantes de la Patria tenían oficiales y suboficiales
afrodescendientes y se alistaban para tener derecho al fuero militar y uso de
uniforme como los otros milicianos del Reino. Solo en septiembre de 1814 se
incorporaron esclavos libertos al batallón de Ingenuos, que luego se fundió con
los Infantes de la Patria para constituir el 4° Batallón de Infantería en la
campaña de Rancagua.
Los
Infantes de la Patria defendieron con honor sus banderas en todas las campañas
de la Patria Vieja y los 94 sobrevivientes del cuerpo llegaron con una a
Mendoza después del combate de Los Papeles (donde se perdió la del cuerpo de
Ingenuos).
Antes
de chocar con el “muro del wargamer” había empezado a preparar figuras para
representar este batallón. Si algún día reinicio este proyecto, completaré las
24 o 26 figuras que formarán el batallón en las recreaciones de San Carlos,
Talcahuano, Chillán y Rancagua. Aunque muchos no tenían uniformes propiamente
tales, los oficiales y suboficiales deberán vestir las vistosas casacas rojas
con divisas y pecheras verdes. También una pequeña licencia histórica me hace
pensar que un tambor con casaca verde y pechera roja se verá muy requetebién (chilenismo
= cool).
Algunos solo portarán pistolas, para enfatizar estatus de milicias. |
Me pareció demasiado armarlos con lanzas, este llevará ese fusíl. Obviamente se debe repintar la piel. |
Pintados no se debiera reconocer los retoques con Greenstuff, ni los diferentes orígenes (HAT, EMHAR, Revell) |
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